Desde hace un tiempo para acá, se viene escuchando en todos los medios de comunicación sobre “la cultura del cumplimiento normativo en las empresas” lo que viene a denominarse con el nombre del compliance. Dicha cultura, ha irrumpido con vehemencia en el panorama empresarial español; e incluso las pequeñas y medianas empresas son cada vez más conscientes de su importancia.

El compliance o cumplimiento normativo, ha recibido un espaldarazo a raíz de la reforma del código penal del 2010 donde se introduce la responsabilidad penal de las personas jurídicas.

 ¿Y qué significa esto? Pues que las personas jurídicas deberán de responder ante cualquier delito cometido por sus empleados.

Sin embargo, posteriormente, en una modificación del código penal que hubo en el año 2015, se introdujo que dichas personas jurídicas podrían quedar exentas de responsabilidad penal cuando hubieran adoptado y ejecutado un control de vigilancia y control “eficaz” para prevenir o atenuar delitos cometidos en su empresa, lo que potenciaría a que las empresas adopten sistemas de control que no solo pudieran extenderse al ámbito penal sino también a otros ámbitos de riesgo.

Sin embargo, aún por todo lo anterior, podemos decir que muchas empresas todavía no tienen entre sus prioridades la prevención de delitos por parte de sus empleados, solamente lo tienen en cuenta,  cuando afecta al nivel económico, es decir, cuando actúa la fiscalía y decide aplicar la sanción correspondiente por la comisión de un delito, es ahí, donde gran parte de las empresas contribuyen  a adoptar medidas de control y vigilancia entre todos sus empleados y la dirección de la empresa.

Actualmente, las empresas todavía  se resisten a interiorizar una cultura de cumplimiento adoptando medidas de vigilancia y control para prevenir o reducir el riesgo por la comisión de un delito ya que no disponen de recursos económicos necesarios o por desconocimiento normativo para encomendar a una empresa externa, de disponer de un departamento o de tener a una persona dedicada a dicho control.

Por otra parte, todavía existen empresas,que aunque el riesgo del delito que se ha detectado sea elevado, prefieren seguir adelante antes de perder cualquier operación y que perjudique los objetivos de la empresa. ¡OJO!  Desde nuestro punto de vista nada recomendable.

En conclusión, sí resultaría importante que al menos las empresas intenten en la medida de lo posible considerar “el compliance” como un elemento generador de valor en la empresa para evitar el riesgo, y no únicamente como un gasto, ya que las compañías arriesgan mucho más: su reputación y la confianza de sus clientes…

[pb_builder]